Alimentación Responsable
El modo en que comemos ha cambiado más en los últimos 50 años que en los últimos 10 mil. La industrialización de los alimentos, que es parte de un mercado globalizado y oligopólico, tiene un grave efecto en el medio ambiente.
La agroindustria consume químicos, combustibles fósiles, agua y tierra a niveles insustentables. Este consumo indiscriminado aumenta la degradación ambiental, la contaminación del agua y del aire, el agotamiento del suelo, además de disminuir la biodiversidad.
Argentina
Las plantas genéticamente modificadas ocupan una superficie mundial de más de 60 millones de hectáreas que están en su mayoría en Argentina, Canadá, China y los EE.UU.
En Argentina la soja, que representa el 50% de la producción agrícola, es casi 100% transgénica. Para poder cumplir con la producción de ésta la frontera agrícola ha avanzado sobre los bosques nativos causando la pérdida de la biodiversidad, la concentración de la tenencia de la tierra, el aumento considerable del uso de agroquímicos y la contaminación del suelo. Más aún, se perdió la soberanía alimenticia.
Casi el 50% de las emisiones de Gases del Efecto Invernadero (GEI) en nuestro país es generado por el sector ganadero.
Que podés hacer para ser más responsable?
Dejar de comprar agua en botella de plástico
El agua embotellada produce 1,5 millones de toneladas de plástico por año, lo que implica el uso de 47 millones de galones de petróleo por año. Y además, el 80 por ciento de las botellas de plástico se tira a la basura.
En el mundo la industria de la carne genera más CO2 que todos los medios de transporte juntos (trenes, autos, barcos y aviones). La producción de carne requiere muchos recursos naturales, contamina el aire y el agua, destruye ecosistemas y gasta cantidades enormes de energía para su transporte, refrigeración y empaquetado.
Los consumidores tenemos mucho poder. Es importante que tomemos conciencia de este poder y empecemos a comprar productos artesanales y de pequeños productores para apoyar economías locales donde los productores son retribuidos justamente.
En huertas, terrazas y ventanas podemos plantar hierbas frescas, tomates y hojas verdes para consumo personal. Las hortalizas caseras son muy ricas, frescas y tienen mucho más valor nutricional que las del supermercado. Plantar en casa es lindo además de que reverdece la ciudad.
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